En una noche fría y no tan fría, típica de setiembre en Córdoba, Palo y Mano se presentaba en 990 alrededor de la medianoche. A esa hora y con las puertas aun cerradas, solo unas pocas personas iban llenando el lugar: algunos jugaban al pool y al metegol, sobre la barra un artista plástico garabateaba sobre la parte de atrás de las gacetillas, los músicos charlando un poco más allá, y el escenario sí, ya completamente listo con los instrumentos de la propia autoría de los integrantes de la banda. Quizá había que hacer tiempo hasta que terminen otras bandas en otros lugares; una estrategia que comercialmente sirve y mucho, solo que no sé a cuántos del público les agrada esperar tanto.
Poco a poco fue cayendo gente hasta que a eso de las tres de la mañana y con el pub del abasto lleno, Palo y Mano subió por fin al escenario. Con tan solo una gran tela blanca y algunas luces como escenografía, el grupo de las sierras cordobesas le regaló a su público una más que interesante mezcla de murga, reggea, cuarteto y cumbia. Con un estilo musical que proviene de muchos géneros, pero que cuidadosamente fusionados en canto y percusión, hacen que la banda tenga un sonido propio, con el que quizá son los pioneros en el género, al menos en la ciudad de Córdoba. Ya sobre el final sonaron algunas estrofas de temas de Bob Marley como Get up, Stand up entre otros, reivindicando una vez más las profundas raíces reggea que Palo y Mano tiene en sus canciones.
El diálogo entre los músicos y su gente fue permanente, podría decirse que tan solo los separaba su condición casual de artistas y público. Situación que solo se prolongó durante las dos horas que duró el show, ya que después muchos de los que estaban bailando pudieron compartir un par de cervezas mano a mano con quienes habían tocado.
Cerca de las cinco y media de la mañana la gente fue lentamente abandonando el lugar. Algunos lo hacían bailando reggea mientras comentaban qué tal había estado, otros tarareaban los acordes que se habían grabado en sus mentes, los demás solo charlaban y más de una vez repetían: “Ojalá toquen de nuevo y pronto”. |
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